Zonas horarias

Sir Sandford Fleming Sir Sandford Fleming
El establecimiento de las zonas horarias es mucho más reciente de lo que se suele pensar. A finales del siglo XIX existían un gran número de horas oficiales, se podría decir que una por cada gran ciudad, la necesidad de una estandarización parecía evidente, por lo que, en 1870 Sir Sandford Fleming, un ingeniero de ferrocarriles canadiense, se planteó trazar un plan para establecer un sistema horario estándar.
 

Siguiendo su iniciativa, en 1884 representantes de 27 países se encontraron en Washington, en la Conferencia del Meridiano, y adoptaron un sistema horario que es básicamente el que se mantiene en nuestros días. Este sistema divide al mundo en 24 zonas o husos horarios, cada una de estas regiones tiene aproximadamente 15 grados de longitud, el meridiano cero, que sirve como referencia para el resto de zonas, se sitúa trazando una línea de norte a sur que pasa por Greenwich, Reino Unido.

Cada zona que se avanza hacia el este desde Greenwich supone una hora más y una hora menos si avanzamos en dirección oeste.

Sobre esta norma existen cantidad de excepciones, debido a que la mayoría de los grandes países tienen un número de franjas horarias inferior al que les correspondería. El ejemplo más acusado lo constituye China, que utiliza la misma hora en todo su territorio. La hora que determina el huso horario de Greenwich se le denomina tiempo promedio de Greenwich o Greenwich Mean Time (GMT).

La zona horaria que correspondería al territorio español por su localizacion geografica sería la de Greenwich (GMT), pero en el año 1940 se publica en el BOE una orden por la que se anuncia el adelanto de la hora legal en 60 minutos. Desde entonces la zona horaria que usa España es GMT+1, aunque estemos ubicados en GMT (meridiano de Greenwich). Con las Islas Canarias sucede algo similar, aunque están ubicadas en GMT-1, su zona horaria es GMT.

 

Esta denominación está siendo sustituida por UTC (Tiempo Universal Coordinado). En este caso, hablamos del cálculo de la hora mediante el uso de relojes atómicos, en lugar de por la observación de las estrellas (como ocurría con la hora GMT).